jueves, 14 de enero de 2016

Un dormitorio muy acogedor década de 1880


Vista aérea de la Ciudad Capital de Mendoza. (año 1969)


Plaza General San Martín, Ciudad Capital de Mendoza. (año 1936)


Entrada de la torre Eiffel, París (década de 1950)

El primer ordenador portátil. (1981)


Lanzado en 1981 por el Osborne Computer Corporation, el Osborne 1 se considera el primer ordenador portátil de verdad -Contaba con una batería opcional.  Aunque bastante revolucionario, el Osborne tenia  sus limitaciones. Por ejemplo, la pantalla era de sólo el 5 "(diagonal) de tamaño, y no podía  mostrar más de 52 caracteres por línea de texto. Para compensar, en realidad se podia desplazar la pantalla hacia atrás y adelante con las teclas de cursor para mostrar líneas de texto de hasta 128 caracteres de ancho. El Osborne fue diseñado para el transporte - que tenía que ser resistente y capaz de sobrevivir a movimientos. Esa es una razón por la que la pantalla es tan pequeña -. una pantalla más grande y más pesada sería más susceptible a los daños . Los dos bolsillos por debajo de las unidades de disquete funcionaban muy bien para el almacenamiento de disco, aunque el módem Osborne también encajaba perfectamente en el bolsillo a la izquierda y se conectaba al puerto de montaje frontal "módem".Diseñado como un sistema de computadora portátil verdadera - que puede ser considerada equipaje de aerolínea y que se ajuste bajo el asiento del copiloto de cualquier avión comercial.






"¡Será posible, mi amigo, que no pueda haber orden entre nuestros paisanos! ¡Y será posible que la suerte del país esté sujeta al capricho de una docena de malvados!" (Carta de San Martín a Pueyrredon)



Daniel Balmaceda

miércoles, 13 de enero de 2016

Escenario de la Fiesta Central de la Vendimia, erigido en el Lago del Parque General San Martín. Ciudad Capital de Mendoza (año 1941)


Campos Elíseos, Paris (década de 1950)

Un helicóptero de rescate sobrevuela la pared sur del Aconcagua, muy cerca de la cumbre. (año 1980) Mendoza


Conmemorando los Pactos entre Argentina y Chile,al pie del monumento al Cristo Redentor principios siglo XX. Mendoza


Moda. Sombrero y abrigo de pieles. c 1890


En primer disco duro. (1950)


La tecnología tambor giratorio permite ERA para entregar la primera producción computadora con programa almacenado en el mundo (ATLAS - ERA 1.101) a un sitio del cliente en octubre de 1950. Los ingenieros que hacen la entrega de la instalación para el predecesor Agencia de Seguridad Nacional eran Frank Mullaney y Jack Colina. Como se muestra en la foto de abajo, estos productos tambor llegaron en varios tamaños. Ellos fueron utilizados por primera vez en varios procesadores clasificados, luego en la serie del ordenador a principios 1100 y los UNIVAC SS-80 y SS-90 computadoras. El Dr. Cohen y Sid Rubens se acreditan con patentar el tambor magnético giratorio. Los ingenieros de desarrollo de tambor y de gestión que se muestran en la foto de esta temprana 50, de izquierda a derecha son: William Keye, Arnold Hendrickson, Robert Perking, Frank Mullaney, el Dr. Arnold Cohen y John 'Jack' Hill.







Grito del lechero rioplatense: "¡A la buena leche gorda!". El aguatero, en cambio, no gritaba: hacía sonar un cencerro.



Daniel Balmaceda

martes, 12 de enero de 2016

Publicidad Gráfica. Tren Ordinario a Cacheuta, aguas termales. (año 1916) Mendoza


Moda. Traje de baño por Claire McCardell. (c. 1930)


(Via WhizzPast)

Refugio de la Laguna de Los Horcones. (año 1935) Mendoza


Don Alejo: el ruso de Carmensa Era músico del Zar, ingeniero agrónomo y amigo de Tolstoi. Tras la Primera Guerra Mundial, encontró su “lugar en el mundo” en General Alvear. Aquí, Alexei Abutcov trabajó la tierra y fundó un conservatorio.


Todas las tardes, cuando el sol iniciaba su agonía, un hombre caminaba con su violín hacia la plaza de Carmensa en el lejano general Alvear. Allí se sentaba y comenzaba su breve concierto como diciéndole adiós al día que acababa por irse.
El hombre era muy querido por todos los habitantes del lugar; lo llamaban “don Alejo”.
Pero don Alejo no había nacido allí; era un extranjero que amaba  ese pequeño terruño del sur mendocino. Había llegado de la lejana Rusia, con el nombre de Alexei Vladimir Abutcov.
El amigo Tolstoi 
El hombre que tocaba su violín en la plaza alvearense había nacido en Saratov en 1872. 
Desde muy niño, Alexei se dedicó a la música. Luego de cursar sus estudios primario y secundarios ingresó a la Universidad Imperial de Moscú, donde se graduó como ingeniero agrónomo. Pero la música era su pasión y se dedicó de lleno a ella. Estudió composición, piano y violoncello y se recibió de compositor y concertista en el conservatorio de Petrogrado. 
Con un insuperable talento para la música, llegó a ser el primer violinista del Zar Nicolás II. 
Su fama como concertista hizo que se relacionara con grandes personajes de la Rusa imperial, como el escritor León Tolstoi, con quien trabó una gran amistad.  
Pero los vientos de la Primera Guerra Mundial se hicieron presentes en todo el continente europeo y el conflicto también llegó a Rusia, al enfrentarse contra los alemanes. Y aunque al principio el ejército del Zar obtuvo algunas importantes victorias, los germanos aniquilaron a millones de soldados rusos. Esto precipitó la caída de Nicolás II, que culminó  con la revolución bolchevique y la ejecución de toda la familia Romanov. Mientras tanto, para Alexis Abutcov, los días en su país estaban contados. Se exilió en Bulgaria y luego partió hacia Sudamérica.
La tierra prometida
El gran músico emprendió su viaje hacia Argentina y llegó al puerto de Buenos Aires. En la primavera de 1924, partió hacia Mendoza y  adquirió una finca en Carmensa, departamento de General Alvear. 
Intentó  fundar allí una colonia tolstoiana, aunque la idea no prosperó.  Sin embargo, en ese paraje construyó él mismo su humilde casa de barro y ramas y promovió el cultivo la tierra.  
A parte de la música,su otro territorio fue la política. En General Alvear creó una filial local de “Solidaridad Internacional Antifascista”. También escribió varios artículos en  revistas anarquistas de Buenos Aires.
Aquel dinámico ruso no podía quedarse sin su más hermoso trabajo: el de músico. Al poco tiempo, Alvear tuvo su primer conservatorio, denominado Schubert, donde Abutcov dictó clases de piano, cuerdas, teoría, solfeo y composición musical, y presentó una gran cantidad de espectáculos.
Como profesor era muy exigente y captaba a los niños y jóvenes que tenían un talento muy particular para la música.  Para darle más prestigio a su conservatorio se afilió al Instituto Musical Santa Cecilia de Buenos Aires.  
Don Alejo era tan completo que en su escuela de música podía enseñar piano, violoncelo, viola, violín, canto, guitarra, armonio, mandolina, trombón, acordeón, bandoneón, composición, teoría y solfeo.
Su muerte y un misterio
Querido por los habitantes de Carmensa, don Alejo falleció el  25 de agosto de 1945. Aquel día todo Alvear lloró al gran maestro.
Luego de su muerte, dejó un legado de más de 400 obras musicales entre las que se encontraban  dos libros sobre contrapunto y armonía.
Por muchos años se pensó que la documentación musical del profesor Abutcov, había sido quemada por los peones de su finca, pero en los primeros años del 2000 fue rescatada, clasificada y puesta en valor. 
http://www.losandes.com.ar/article/don-alejo-el-ruso-de-carmensa

Este es un Apple II con una pantalla monocromática y hardware emulador de PC instalado.


Un producto elegante de Goodyear en los años 60 - neumáticos iluminado.


Las boleadoras tienen una tercera bola más pequeña, llamada manija. De ahi se la toma para darle dirección. Cuando no tiene "manija", va para cualquier lado: como bola sin manija.



Daniel Balmaceda
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