miércoles, 29 de abril de 2015

Ver Cine Argentino. La Noche de los Lápices.

Dos señoras que montan una Crank Drive de 1895 y una Nuevo Imperial Doble 500cc de 1935.


Challaolandia. Pista de Karting, Mendoza (década de 1970)


Efemérides. 29 de Abril Día del Animal. Carnero premiado junto a su cuidador, c.1890.


Plaza y Catedral del Departamento de Godoy Cruz. Mendoza


El Himalaya desde arriba



El vídeo es una creación de una compañía llamada Teton Gravity Research para mostrar precisamente las capacidades del GSS C520, un giroestabilizador de cámara que han montado en un helicóptero para grabar estas extraordinarias tomas aéreas.

El vídeo comienza sobre la ciudad de Katmandú, y termina haciendo unas panorámicas sobre las estribaciones de la cordillera del Himalaya, a casi 8.000 metros de altura y con el Everest de fondo. Si lo pones a Pantalla completa casi se puede respirar el aire de la montaña. Magnífico.

¿Qué gusto tiene la sal?

El primer trabajo de Carlitos Balá como protagonista estelar de televisión fue en Canal 9, en 1963. El programa se llamóBalamicina y su libretista fue Gerardo Sofovich. Según contó el cómico, a él le gustaba trabajar al aire libre. Por eso, pasaba a buscar a Sofovich en su autito, llevaban dos reposeras más sándwiches yse instalaban en los bosques de Palermo a escribir las historias. Pero tenían una incompatibilidad: A Carlitos le gustaba el día para trabajar y a Gerardo, la noche. Continuaron trabajando juntos, pero los picnic en Palermo se suspendieron a las dos semanas. De todas maneras, Balamicina fue un éxito.
Más adelante, Canal 13 lo contrató para que hiciera El soldado Balá y después la misma emisora creó un nuevo programa a su medida: Balabasadas, que se estrenó en 1968. Su partenaire fue Carlos D’Agostino y el libretista, Juan Carlos Calabró. Las emisiones eran los martes a las 8:30 y arrancaba con una muy buena idea. Como Carlitos hacía diferentes personajes (un bombero, un médico, un mucamo, un futbolista), al comienzo se mostraba aBalabacín, un muñeco con el característico flequillo de Carlitos, que iba siendo vestido con el uniforme del personaje. Esto era acompañado de una canción sencilla. Y ocurrió algo que no estaba en los planes de nadie: los más chicos, en las casas, le tomaron cariño al cómico, a partir del muñequito y la canción. D’Agostino y Calabró lo advirtieron: Balá tenía que dedicarse a los más chiquitos. Muchos sabemos lo bien que lo hizo.
Ya casado con su atractiva novia, Martha Venturiello, solían pasar la temporada de verano en Mar del Plata, por placer y por trabajo. Tenían un departamento de un ambiente en el centro de la ciudad balnearia, en Colón y Olavarría. Solían ir a Las Toscas, una zona con poca playa, pero muy tranquila.
Martha y Carlitos creen recordar que fue en 1969, cuando se perfilaba como el preferido de los niños. Estaban en Las Toscas y el cómico disfrutaba mirando el mar acomodado en una clásica silla playera. Notó que un chico se acercaba caminando arrodillado en la arena. Entonces dijo, como para ser escuchado: “¡Qué lindo que está el mar!”. El niño se hizo el desentendido. Balá arremetió: “¡El mar! ¿Qué gusto tendrá el mar?”. El pequeño tampoco mostró una reacción. Carlitos no se dio por vencido y dijo: “El mar tiene gusto a sal. Pero, ¿qué gusto tendrá la sal?”. Ahí el chico reaccionó. Lo miró y le respondió: “¡Pero, Carlitos, qué gusto va a tener la sal! ¡Salada!”. Sin esperar respuesta, salió corriendo.
A Balá le causó tanta gracia la ocurrencia del niño, que decidió incorporarla a la nómina de sus geniales frases célebres.
(Tomado del  libro Historias de letras, palabras y frases, Daniel Balmacedade Ed. Sudamericana)

Hermosa vista del Parque del Oeste, actual General San Martín. Mendoza, pricipios siglo XX


Motel es la unión de dos palabras: motorist y hotel.


Daniel Balmaceda

29 de abril Día del Animal. Homenaje al fundador de la Sociedad Protectora de Animales Ignacio Albarracín.

Fundador en 1879, junto con Sarmiento, Mitre, el reverendo Thompson, Guido Spano y V. F. López, fue primer secretario, presidente popular y vitalicio de la Sociedad Argentina Protectora de los Animales. Foto 1920.


Ignacio Lucas Albarracín (Córdoba, 31 de julio de 1850 - Lomas de Zamora, 29 de abril de 1926) jurisconsulto argentino, abogado y durante más de cincuenta años primer secretario y presidente de la Sociedad Argentina Protectora de los Animales. En Argentina el 29 de abril se festeja el Día del Animal en homenaje al doctor Ignacio L. Albarracín.
Nació en Córdoba, pero siempre se consideró sanjuanino de nacimiento por el hecho de que su padre, el coronel sanjuanino Santiago Albarracín, vivía refugiado en esta ciudad por razones políticas. Por eso también figura como nacido en San Juan en muchos documentos oficiales. 


Coincidentemente Ignacio Lucas Albarracín murió de un paro cardiaco en su casa, festejando el Día del animal el 29 de abril de 1926. En muchos lugares figura como pospuesta esa fecha en homenaje de él, pero eso es una mala interpretación; ya se había empezado a celebrar esa misma fecha años antes.
En 1907 Albarracín; gestiona con el Dr. Ponciano Vivanco, presidente del Consejo Nacional de Educación la celebración de la Fiesta del Animal, tomando como ejemplo la festividad del Domingo del animal que se realizaba en Londres por los pastores de las iglesias, donde se hacían sermones para inculcar el respeto por los animales. Esto se aprueba y se pasa la celebración para el año siguiente. En 1908 se prepara la reunión para el 29 de abril, pero debe suspenderse por lluvia, y se realiza el 2/5, pero luego se sigue festejando el 29/4. El acto inicial se realizó en el Zoológico con la presencia del presidente de la Nación, Figueroa Alcorta, varios ministros y 15.000 escolares y se soltaron 500 palomas mensajeras.
Personaje colérico que era, es muy probable que la gran atención y la alegría de la entrevista de prensa en la casa, le haya causado mucha agitación y el ataque cardiaco que terminó con su muerte. Y la verdad es que el bien merecido homenaje el Día del animal se le ha dedicado posteriormente.







Documento fotográfico. Inventario 49834.
Archivo General de la Naciòn

La última de Adolf Hitler Su última imagen , tomada el 30 de abril de 1945, horas antes de su suicidio.


martes, 28 de abril de 2015

Ver. La película de Belgrano - Homenaje al gran héroe Argentino-Latinoamericano



El telefilme Belgrano se centra en los últimos diez años de vida del creador de la bandera argentina.

En 1810 Manuel Belgrano cree que es posible reemplazar la autoridad real -- la de Fernando VII prisionero de las tropas napoleónicas -- por la de una comunidad de hombres virtuosos que, identificados con la Patria, interpreten con fluidez al Pueblo. Esta convicción guía la práctica política y militar de Belgrano, que lo muestra animado y confiado. Luego llegarán las batallas ganadas, las derrotas, el desencanto, la indisciplina, y el replanteo permanente de sus fuerzas y de sus aptitudes para continuar con la gesta.

Este telefilme cuenta cómo la vida personal de Belgrano quedó rezagada a su vida pública y cómo su virtud patriótica lo obligó a postergar lo privado, sinónimo de pasión individual. Por eso sus amores ocuparon un segundo lugar, recatado, un tanto invisible a los ojos de los demás.

El final, ineludible, termina por resolverse en su cuerpo, espacio privado por excelenecia, pero también parece ser la metáfora de cierta decepción política de aquellos años de la Revolución.

Nombre de nuestros ferrocarriles, 1948. Argentina



Archivo General de la Nación. Biblioteca."La Naciòn Argentina, Justa, Libre y Soberana" Año del Libertador Gral. San Martìn, 1950. 3º Ediciòn.

Inauguración. tramo del Tren del FFCC, en el departamento de Tupungato. (año 1921) Mendoza


TEATRO DE VERANO 1905, Valparaiso,Chile


Fuente: Valparaiso Nostálgico

Antiguo Casino de Mendoza, Ubicado en Calle 25 de Mayo. Ciudad Capital de Mendoza


Costurera en su máquina de coser en luz de la ventana


La Bolsa: el cine del pueblo Esta sala emblemática abrió sus puertas en 1930. Sus anécdotas pintan la Mendoza de otro tiempo.


Hace 50 años cerraba sus puertas para siempre uno de los cines más bizarros y populares que existió en nuestra ciudad. 
Tiempo después, en una fría mañana de mayo, los mendocinos vieron con asombro cómo la piqueta del progreso daba muerte a un icono que durante muchos años había cobijado entre sus entrañas a estudiantes, prestamistas, lustrabotas y hasta alguno que otro ladrón. Así, caía aquel viejo cine llamado “La Bolsa”. Y sus miles de historias y anécdotas.
Nace el cíclope de calle Necochea
En 1930, abrió sus puerta el cine “La Bolsa”, la sala estaba ubicaba en Necochea 79 de Ciudad, casi esquina 9 de Julio.
En esa zona, y por aquellos años se concentraba una importante cantidad de bancos y se realizaban transacciones comerciales y financieras, mucho antes de que existiera la Bolsa de Comercio de Mendoza.
Para los que no lo conocieron, su construcción era simplemente un típico café de los años ‘30. En el frontispicio tenía una puerta principal y dos grandes ventanales, ambos provistos de grandes persianas metálicas. En la parte superior había una inscripción que decía: “bar - bolsa (en letras mayúsculas) - café”, y debajo de la misma leyenda coronaban cuatro faroles antiguos.
Allí, junto a su puerta, un dicharachero lustrabotas se ponía todas las mañanas y además se podían escuchar los pregones de los vendedores de lotería y del viejito que vendía tortitas caseras.
Además, este establecimiento tenía como vecinos la casa de lotería La Baskonia y el extinto café Jamaica, que era otro de los lugares de encuentro de prestamistas y usureros.

Público bochornoso
Al comenzar la proyección toda la sala quedaba en silencio..., pero con el transcurrir de los minutos, comenzaban las travesuras de los chicos y no tantos presentes.
Una de las más comunes era la de gritar mientras se proyectaba el film; otra era la de silbar o chiflar cuando alguna actriz mostraba más de la cuenta y, cuando la película se cortaba o se ponía “muy pesada”, lo habitual era tirar objetos contundentes a cuanta cabeza asomara por encima de las filas de butaca.
Era, por lo tanto, el reducto ideal para la “sincola” de gran parte del estudiantado local. Pero no solamente los alumnos se “hacían la rata” aquí, sino también muchos de los empleados que trabajaban en el centro pegaban el faltazo para circular por estos lares, saborear una cerveza y ver “una de tiros”.

Tiros, sexo y cerveza
El cine-bar La Bolsa conformaba una sala atípica a fines de los años ‘30 porque, a diferencia del resto, ofrecía un servicio de bar. Abría sus puertas desde las 10.30 y cerraba mucho después de la medianoche.
En el bar se podía saborear la tradicional cerveza Cóndor, la recordada gaseosa Bidú o algún aperitivo acompañado de un sándwich. Para los días de frío tenía a disposición café, acompañado con medialunas.
Una vez traspasado el bar el espectador se encontraba con la sala de exhibición. La entrada para ver las películas costaba algunos centavos.
Según se cuenta, el cine llegó a tener más de 4 mil espectadores, los cuales tenían que hacer una larga fila para entrar.
Llamaba mucho la atención que la sala estaba prohibida para las damas. Por supuesto que ni hacía falta hacer explícita la prohibición: la presencia de las señoras en esos lugares estaba mal vista por la sociedad de aquel tiempo.
Recordemos las películas: allí se exhibieron los cortos mudos del inigualable Carlitos Chaplin y otras obras como “Tarzán”, en todas sus versiones.
Tiempo después, el cine se modernizó y se proyectaron films sonoros que, por lo general, eran de clasificación B, C y D.
 En los años ‘60 se proyectaron en sus pantallas películas como “Mujeres Peligrosas”, con la actuación de la sensual actriz italo- yugoslava Silva Kuscina; u otras producciones eróticas que eran prohibidas para menores de 18 años. Esto causó molestias en algunos sectores de la sociedad, cuyas denuncias fueron planteadas al municipio de Capital quien tiempo después lo clausuró definitivamente.
Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/la-bolsa-el-cine-del-pueblo

Christina Broom, autoproclamada "fotógrafa oficial de la Guardia ', fotografiada por su hija como ella muestra su cámara y ejemplos de sus fotografías en la Guerra Exposición Mujeres Trabajo, Pista de patinaje de Prince, Knightsbridge, Londres, mayo 1916.


Alvear, Holmberg y San Martín. Una clara señal de que no perseguían un fin económico,

Al crearse el Escuadrón de Granaderos a Caballo en marzo de 1812, el Primer Triunvirato estableció cargos y otorgó los correspondientes sueldos. De inmediato, Carlos María de Alvear(cuyo retrato vemos a la izquierda), envió una carta al Ejecutivo, renunciando a percibir sus ingresos:
Exmo. Señor:
Cuando ofrecí mis servicios á V. E. para que me destinase en lo que considerase podría ser de alguna utilidad á nuestra justa causa, cumplía con los deberes de un ciudadano honrado, que miraba como un crimen el permanecer en el ocio, cuando la patria exige de sus hijos el servicio que por la naturaleza le es debido y ahora que V. E. se ha dignado honrarme con el empleo de Sargento Mayor del Escuadrón de Granaderos á Caballo que se ha de formar, creo de mi deber y obligación, supuesto que la Providencia me ha dado con que subsistir, ceder á beneficio del Estado todo el sueldo que me pertenece por mi empleo, sirviendo en un todo á mi costa, cuya pequeña gracia espero de la justicia de V. E. se sirva admitir como la mas mínima parte del interés que me tomo por el bien de la Patria.
Dios guarde á V. E. muchos años.
Buenos Aires, 24 de Marzo de 1812.
La renuncia de Alvear fue publicada en la Gaceta del 3 de abril de 1812, junto con el siguiente decreto:
El Gobierno admite y reconoce esta patriótica oferta, que se publicará en la Gaceta para que sirva de satisfacción á los buenos ciudadanos, y de confusión á los egoístas.
Exmo. Gobierno Superior de las Provincias Unidas del Rio de la Plata.
Asimismo, acompañaba los textos de la Gaceta la siguiente nota:
No es menos digna de la consideración de la patria y del aprecio de los buenos ciudadanos la generosa oferta de 50 pesos mensuales que ha hecho don José de San Martín comandante del escuadrón de ganaderos ha de formar, y la sesión que hace de una tercera parte de su sueldo don Eduardo Kaillitz, barón de Holmberg, que marcha a incorporarse al ejército del interior. El gobierno ha mirado con distinción los sentimientos nobles de estos ciudadanos, ha ordenado que se les dé las más expresivas gracias a nombre de la patria y que se publique en gaceta para que aparezca un testimonio público que los honre y los haga merecer el afecto de los hombres virtuosos.
Recordemos que Alvear, Holmberg y San Martín habían arribado a Buenos Aires, provenientes de Europa, el 12 de marzo de 1812. Al ceder parte de su sueldo o la totalidad, estos hombres estaban dando una clara señal de que no perseguían un fin económico, sino claros valores que estaban por encima de ciertas comodidades.
Fuente: http://blogs.lanacion.com.ar/historia-argentina/personalidades/alvear-holmberg-y-san-martin/
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