La ruptura era de dos formas: de hecho y de derecho. Era considerada de hecho cuando la conducta (impropia) de uno eximía al otro. Era de derecho cuando había razones de discordia entre los dos.
Cuando los novios rompían su compromiso se recomendaba explícitamente proceder con sumo tacto, para evitar la publicidad del hecho, todo lo posible.
Los novios estaban obligados a devolverse todos los obsequios y todas las cartas, ya que no debían quedarse con nada.
Ahora bien, la ruptura era de dos formas: de hecho y de derecho. Era considerada de hecho cuando la conducta (impropia) de uno eximía al otro. Era de derecho cuando había razones de discordia entre los dos.
En la ruptura del compromiso los padres no podían intervenir, salvo en casos extremos o en circunstacias que tuvieran que ver con la reputación de la jovencita…
Cuando un compromiso se anulaba y el origen estaba dado por alguna causa vergonzosa del novio, cabía una acción directa de parte del padre de la novia. Eran muy especiales los casos en que esto podía llegar al duelo (aunque ocurría!), pero nadie se atrevía a legislar sobre estas fatales decisiones. Lo primordial era defender el honor de la señorita delante de la sociedad y castigar al culpable del accionar vergonzoso.
Volviendo al tema de la ruptura, a la devolución de regalos (ositos de peluche, cartas, ropa, etc) les dejo una pregunta.
Fuente: http://www.mdzol.com/nota/539104-como-se-rompian-antes-las-relaciones/
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