martes, 30 de septiembre de 2014

Recuerdo de construcción del Ferrocarril Trasandino. Los Andes (Chile) - Mendoza (Argentina). Puente de 75 metros sobre el río Mendoza. Km 49 de Mendoza.(año 1907)






 ingenieros y médico de la Trasandine Railway Company al ingeniero responsable, Sr. Alex R. Gulliver. 1907. Archivo Nacional Histórico de Chile. Colección Alex R. Gulliver

Inauguración del Cine SPORTSMAN, Paso de los Andes 1634, Departamento de Godoy Cruz. (16 Marzo de 1950) Mendoza





Buenos Aires. Fábrica Talleres y Panadería "Viuda de Canale e hijos", sobadora de pan dulce, c. 1920.



Documento fotográfico. Inventario 229043.
Archivo General de la Nación

Del chasqui al Facebook...Cartas perfumadas que viajaban en carreta

Cartas perfumadas que viajaban en carreta, sobres lacrados que eran enviados por tren. En el siglo XIX, el correo argentino unía lejanos destinos a pesar de malones, asaltantes y penurias de la tracción a sangre. Hasta que el teléfono entró en nuestras vidas, ¿cuánto tardaban en llegar nuestros mensajes?


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Hoy, que la comunicación es instantánea por medio de celulares y computadoras, que internet ha revolucionado el siglo XXI, que las redes sociales se agregaron al diálogo interpersonal, a los más jóvenes quizá les parezca ciencia ficción la manera en que nuestros abuelos se comunicaban.
Mas rápido que una tortuga 

Hace doscientos años, las comunicaciones eran muy lentas. Tanto, que el correo tardaba más de 15 días en entregar una correspondencia que salía de Mendoza con destino a Buenos Aires. A eso se llamaba ‘correo extraordinario’ que era solamente para correspondencias oficiales y que trataban temas urgentes del gobierno. Las privadas venían en carreta y tardaban aproximadamente unos 45 días.
En aquella época se utilizaba un sistema de postas que estaban distribuidas a 30 kilómetros una de otra y era allí en donde se reponían los caballos para seguir el denominado “postillón” -persona que llevaba el correo- hacia el destino indicado. Por supuesto que los caminos no eran nada fáciles de transitar. Y a eso se sumaba el ataque de los indios y de algunos maleantes que andaban perdidos en el campo.
En Mendoza, la Administración de Correos se encontraba  frente a la Plaza Mayor -hoy Pedro del Castillo-.

Comunicación para todos

A finales del siglo XIX, llegó el ferrocarril a Mendoza, que fue uno de los medios que revolucionó al mundo, tanto en el transporte como en la comunicación postal.  
A través del tren, la comunicación se popularizó, ya que éste podía trasladar de un lugar a otro miles de cartas con cierta rapidez, puesto que tardaban unos días. Ahora no solamente el Estado era el único que tenía acceso rápidamente a la comunicación, sino también hasta el más humilde de los habitantes tenía derecho a ella.
Esto produjo un cambio muy importante en la estructura postal de nuestro país y por supuesto en Mendoza. Recordemos que las cartas o las esquelas, eran los únicos medios que se tenía de contacto con las personas. 
 Aparte del ferrocarril, vino acompañado otro sistema importantísimo llamado telégrafo que constaba de un manipulador que llevaba un impulso eléctrico a través de un código de tic llamado clave Morse -nombre de su inventor- Solamente muy pocos conocían y podían manejar este complejo pero instantáneo medio. Así nació  también el telegrama.

Teléfonos para pocos 

El teléfono llegó a Mendoza en 1885 y fue traído por la Empresa Marquat, que lo extendió por las zonas más céntricas de la ciudad. 
La compañía se llamaba “Teléfonos de Mendoza” y estaba ubicada en la calle Unión (hoy peatonal Sarmiento) y 9 de Julio de Capital. 
Al principio contaba con más de 100 usuarios que abonaban una suma de $ 6 al mes, una verdadera fortuna para esos tiempos. 
Entrado el siglo XX, se produjo  un importante avance técnico de este medio y pronto las empresas vieron el potencial comercial que esto produciría al abaratar costos y brindar un servicio para muchas personas.
En los años ‘50, ‘60 y ‘70  el uso del teléfono fijo se popularizó y todos podían hablar desde sus casas.

El cartero siempre llama dos veces

Desde hace varios años, con los nuevos adelantos técnicos, se ha perdido el escribir y enviar una carta. Verdaderamente era todo un rito: el trazo sobre papel y la lapicera elegida, una carta que luego se cerraba en un sobre para depositarla en el buzón de la estafeta. Existían tres forma de enviar una carta: simple, certificada y expreso. La primera tardaba una semana, con mucha suerte; la segunda, dos o tres días; la tercera, un día. 
La carta pasaba por diferentes procesos y finalmente era el cartero que golpeaba la puerta de la casa trayendo las noticias.

Hola, ¿cómo estás?
Todo cambió en muy pocos años. La revolución digital nos hizo comprender que comunicarse hoy es cosa de segundos. El tener un teléfono móvil nos da cierta autonomía y rapidez en la comunicación; a ello se suma otra alternativa que son los mensajes de textos -las antiguas cartas o telegramas-. Además, en estos aparatitos podemos chatear -conectarnos  y escribir con otra persona directamente- enviar fotos, videos, a través de internet.
Hoy, los niños y jóvenes no comprenden cómo el abuelo no entiende los alcances de un teléfono celular o, incluso, cómo no se prende a chatear o tener una red social. Es que antes, enviar un mensaje era algo tan delicado y especial que nadie ni siquiera soñaba con la posibilidad de que fuera instantáneo.

Carlos Campana - las2campanas@yahoo.com.ar
Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/tunel-tiempo-chasqui-facebook...-509837

Antiguos Portones de Palermo, en la Av. Sarmiento. Buenos Aires







Calle céntrica del Departamento de Tupungato. Invierno de 1928. Mendoza


Fuente: Archivo Histórico de Mendoza

lunes, 29 de septiembre de 2014

Recuerdo de construcción del Ferrocarril Trasandino. Los Andes (Chile) - Mendoza (Argentina). Rio Blanco, Los Andes, Valparaíso, mirando hacia Mendoza. km 205 (año 1907)


ingenieros y médico de la Trasandine Railway Company al ingeniero responsable, Sr. Alex R. Gulliver. 1907. Archivo Nacional Histórico de Chile. Colección Alex R. Gulliver.

Calle Sáenz Peña del Departamento de Luján de Cuyo, arteria de acceso al Dique Cipolletti y Cacheuta (año 1945) Mendoza




Boy Scouts Argentinos Plana mayor de la compañía General Belgrano. (año 1930) Mendoza




Ayer y Hoy - Capítulo 4 - "Café, café..." (Historia de Mendoza)

Sabes como lucía Mendoza en la década de 1960?




Una producción de Zafiro Contenidos.

Salta, vista panorámica, c.1880.

Foto: Salta, vista panorámica, c.1880.
Documento Fotográfico. Inventario 213319

Documento Fotográfico. Inventario 213319
Archivo General de la Nación

Av. Bartolomé Mitre. Ciudad Capital de Mendoza (año 1910) Argentina




Fuente: Archivo Historico de Mendoza

domingo, 28 de septiembre de 2014

Recuerdo de construcción del Ferrocarril Los Andes (Chile) - Mendoza (Argentina). La Calavera, lado chileno del túnel de La Cumbre. km 178 de Mendoza (año 1907)


ingenieros y médico de la Trasandine Railway Company al ingeniero responsable, Sr. Alex R. Gulliver. 1907. Archivo Nacional Histórico de Chile. Colección Alex R. Gulliver. 

Anuncios publicitarios de Kodak de la década de 1910.

En febrero de 1900, la primera de las famosas cámaras Brownie se introdujo. Se vendió por $ 1 y la película  se vendió por 15 centavos de dólar el rollo. Por primera vez, el hobby de la fotografía estaba dentro del alcance financiero de prácticamente todo el mundo. Aquí hay una colección de 10 anuncios hermosos de una de las primeras cámaras Kodak Brownie en la década de 1910.







Fuente:  http://www.shootingfilm.net/2014/09/10-beautiful-vintage-kodak-camera.html





Foto Antigua. Empleados de DisneyLand en la cafetería (1961)

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El boom de los velocípedos (bicicletas) en Mendoza. Fines del Siglo XIX

A fines del siglo XIX llegó a nuestra provincia un medio de transporte que revolucionaría las veredas (primero) y las calles (después). La bicicleta, que entonces era conocida como velocípedo, se extendió a gran velocidad durante aquellos años.


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Fue a fines del siglo XIX que la bicicleta llegó a Mendoza de la mano de un señor de origen francés llamado Laffont, quien la introdujo mediante un evento. Poco tiempo después, la afición por el ciclismo se hizo cada vez más popular en los mendocinos que coparon las calles de la ciudad, trayendo algunos problemas a los transeúntes y causándoles algunos dolores de cabezas a las autoridades municipales y provinciales.
¿Velocípedo? Y eso qué es...

La bicicleta, conocida por entonces como velocípedo, llegó a Mendoza a través del destacado velocipedista Laffont, quien el 24 de octubre de 1886, ofreció una demostración en este novedoso aparato en la entonces plaza Lima - hoy Italia-. Además, desafiaba a los intrépidos mendocinos que se animaran a competir contra él. Aquel domingo, gran parte de los mendocinos se hicieron presente en la plaza en donde se improvisó una especie de hipódromo para realizar el espectáculo. A las 14 horas, se inició el programa de actividades con una carrera pedestre de dos vueltas. Al finalizar la banda de música interpretó varios temas musicales como polcas. Luego, llegó le llegó la hora a la nueva novedad denominada velocípedo a la que el público había pagado 0.50 centavos para verlos. La carrera duró cuatro vueltas. Después le tocó el turno a otros velocípedos, pero esta prueba fue más compleja y debían competir los participantes con un tilburi tirado por un caballo al  trote y dar ocho vueltas alrededor de la plaza. Por último, se realizó otra  carrera en velocípedo compitiendo con un caballo de silla al trote. Los participantes que lograran vencer estas pruebas serían compensados con una importante suma de dinero. La mayoría abandonó.

Calles del infierno 

Fue tanto el furor que causó aquel aparato metálico de rueda delantera  gigante que ciento de mendocinos circulaban por toda la ciudad. Por aquel tiempo, un jovencito no más de 14 años, pretendía ser un buen velocipedista y utilizaba todas las mañanas las verdaderas de las principales calles de la ciudad para practicar. El inconsciente pibe, a veces perdía el equilibrio en su aparato y en varias oportunidades estuvo a punto de romper vidrieras y atropellar a varias personas. Fue tal la impotencia de varios vecinos que  fue denunciado a la policía y hasta los periódicos de aquella época, lo destacaron en sus páginas. Luego de esto, el pibe, no tuvo otra alternativa que transitar por las calles.  La popularidad del velocípedo se hizo sentir. Ciento de estas máquinas a pedal circulaban por todos lados, a tal punto que las autoridades no estaban preparadas para reglamentar a estos aparatos. 

Los bicipolicías 

A fines del siglo XIX, el gobierno provincial inició la compra de unos cien aparatos para incorporarlos a una sección de policías con el fin de patrullar las calles en bicicletas. Estos agentes estaban facultados para atrapar a ladrones o acudir súbitamente a controlar cualquier urgencia. Pero muchos de los uniformados eran imprudentes al pasar por las veredas llenas de peatones como bólidos y en algunos casos, atropellando a los que se le ponían en el medio con la consecuencia de ser agredidos verbalmente por los transeúntes. Fue entonces que el gobierno tuvo que interceder con penas a "los cuidadores del orden" para establecer el orden en la ciudad.

La Alameda, encuentro del pedal

La bicicleta comenzó a tener una gran incidencia en lo social y los más pudientes realizaban sus travesías en bellos pasajes como el de la Alameda. Allí, cientos de personas se lanzaban a pedalear por aquel histórico paseo los días sábados y domingos.También no faltaron en ese lugar las competencias ciclísticas en esos grandes armatostes con la presencia del público que alentaban a sus competidores preferidos. El velocípedo o la bicicleta, fue por muchos años un problema para las autoridades. Para normalizar todo ese furor y prevenir de graves accidentes, el municipio de Capital implementó varias ordenanzas. Pero, como es de costumbre, en su mayoría nunca fueron cumplida estrictamente por los "pedalistas". Inclusive, se propuso para evitar desgracias personales, que las bicicletas llevaran una especie de cascabel para avisar o advertir al transeúnte, la circulación del rodado.

Carlos Campana - las2campanas@yahoo.com.ar
Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/el-boom-de-los-velocipedos-en-mendoza


La Avenida San Martín. Ciudad Capital de Mendoza (año 1923).




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