martes, 16 de junio de 2015

Confitería “Colón”: de chiquilín te miraba de afuera La histórica confitería “Colón”, ubicada en el corazón de la ciudad, es recordada como el gran punto de encuentro de la sociedad mendocina. Allí, el café se combinaba con cine y política.

Hace más de un siglo, abrió sus puertas una confitería que  se transformó en un ícono de esta ciudad;  en plena calle San Martín, la “Colón” cambió la costumbre social de los mendocinos. Allí, en la esquina de San Martín y Necochea, en el edificio  llamado la casa de Alto, lugar estratégico de la urbe, se ubicaba este punto de reunión ineludible. 
Por aquel entonces no existía el Pasaje San Martín, ni el edificio del Jockey Club y menos el edificio G 7. El adoquín de la calle San Martín estaba de estreno y todavía pasaba el tranvía a caballo.
Algún auto circulaba por la calle, pero los mateos eran los dueños de la principal  arteria. En ese preciso lugar anteriormente funcionaba otro café llamado “del Progreso”, donde la alta sociedad local acostumbraba reunirse todas las tardes y noches. 
Al establecerse la Confitería Colón, cientos de personas se transformaron en clientes frecuente. Los caballeros se juntaban para discutir sobre política, economía   y diferentes temas de actualidad. El lugar, con tan solo unos meses de vida, se convirtió en un sitio de encuentro y esparcimiento sin precedentes.
 
 Cine con sabor a café
Durante los primeros años, la gran sala de la confitería estuvo dividida en tres amplios espacios: en uno se reunían los hombres para jugar a los dados, en otra habitación se realizaban reuniones familiares y en la restante, sobre San Martín, se vendían las más ricas masas y golosinas sobre un mostrador.
A principios de 1910, llegó al establecimiento uno de los más impactantes inventos: el cinematógrafo.
Por las noches (y en especial el día domingo), la confitería se convertía en una sala cinematográfica para que familias enteras disfrutaran del cine mudo y en blanco y negro. Allí fueron proyectadas las más resonantes películas de la época.  También la llamada matiné tenía su público, mientras se servían humeante tazas de café. 
 
 Visitantes ilustres
Estas características posicionaron al café como un lugar exclusivo. Tanto así que, para ingresar, como condición casi excluyente, los clientes debían vestir ropas elegantes. Entre sus mesas desfilaron figuras políticas como José Néstor Lencinas, Ezequiel Tabanera, Benito Villanueva, Pedro Guevara, Rufino y Rufinito Ortega y el ministro de Obras Públicas de la Nación y gobernador de Mendoza, Emilio Civit. 
Pero no hay que olvidarse de otro sello distintivo del café: la cordialidad con que era atendida la concurrencia. Entre los mozos más recordados se cuentan Eulogio Regalado, Eugenio Manrique, Fermín Ventura, N. Peralta, Juan Osorio y el “Negro” Saldívar.
Tras casi seis décadas de esplendor, las luces de la Confitería Colón se apagaron para siempre en 1968.
 
Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/confiteria-colon-de-chiquilin-te-miraba-de-afuera

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