martes, 28 de abril de 2015

Alvear, Holmberg y San Martín. Una clara señal de que no perseguían un fin económico,

Al crearse el Escuadrón de Granaderos a Caballo en marzo de 1812, el Primer Triunvirato estableció cargos y otorgó los correspondientes sueldos. De inmediato, Carlos María de Alvear(cuyo retrato vemos a la izquierda), envió una carta al Ejecutivo, renunciando a percibir sus ingresos:
Exmo. Señor:
Cuando ofrecí mis servicios á V. E. para que me destinase en lo que considerase podría ser de alguna utilidad á nuestra justa causa, cumplía con los deberes de un ciudadano honrado, que miraba como un crimen el permanecer en el ocio, cuando la patria exige de sus hijos el servicio que por la naturaleza le es debido y ahora que V. E. se ha dignado honrarme con el empleo de Sargento Mayor del Escuadrón de Granaderos á Caballo que se ha de formar, creo de mi deber y obligación, supuesto que la Providencia me ha dado con que subsistir, ceder á beneficio del Estado todo el sueldo que me pertenece por mi empleo, sirviendo en un todo á mi costa, cuya pequeña gracia espero de la justicia de V. E. se sirva admitir como la mas mínima parte del interés que me tomo por el bien de la Patria.
Dios guarde á V. E. muchos años.
Buenos Aires, 24 de Marzo de 1812.
La renuncia de Alvear fue publicada en la Gaceta del 3 de abril de 1812, junto con el siguiente decreto:
El Gobierno admite y reconoce esta patriótica oferta, que se publicará en la Gaceta para que sirva de satisfacción á los buenos ciudadanos, y de confusión á los egoístas.
Exmo. Gobierno Superior de las Provincias Unidas del Rio de la Plata.
Asimismo, acompañaba los textos de la Gaceta la siguiente nota:
No es menos digna de la consideración de la patria y del aprecio de los buenos ciudadanos la generosa oferta de 50 pesos mensuales que ha hecho don José de San Martín comandante del escuadrón de ganaderos ha de formar, y la sesión que hace de una tercera parte de su sueldo don Eduardo Kaillitz, barón de Holmberg, que marcha a incorporarse al ejército del interior. El gobierno ha mirado con distinción los sentimientos nobles de estos ciudadanos, ha ordenado que se les dé las más expresivas gracias a nombre de la patria y que se publique en gaceta para que aparezca un testimonio público que los honre y los haga merecer el afecto de los hombres virtuosos.
Recordemos que Alvear, Holmberg y San Martín habían arribado a Buenos Aires, provenientes de Europa, el 12 de marzo de 1812. Al ceder parte de su sueldo o la totalidad, estos hombres estaban dando una clara señal de que no perseguían un fin económico, sino claros valores que estaban por encima de ciertas comodidades.
Fuente: http://blogs.lanacion.com.ar/historia-argentina/personalidades/alvear-holmberg-y-san-martin/

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